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UNIKKO

¡No me llames Dolores, llámame Lola!

Hablamos mucho de los jóvenes emprendedores, de los logros conseguidos con temprana edad, títulos, premios, ideas innovadoras… y no hay duda que hay que hacerlo y reconocer ese esfuerzo y esa valía, pero también se debe valorar lo suficiente a esas personas que con más años a sus espaldas o más experiencias vividas, le echan valor y coraje y se tiran a la piscina para reinventarse e intentar luchar contra las circunstancias económicas y sentirse realizado consigo mismo.

Tímida, atenta, con un corazón enorme, con carácter y la discreción en persona. Ella es Lola y hace ya unos años que se tiró a la piscina. Bajo la situación económica que todos hemos sufrido, Lola al verse en una nueva situación laboral y de rutina diaria, no se conformó con ver los días pasar y decidió comenzar a dedicarse a lo que mejor sabe hacer y luchar porque se convirtiese en una forma de trabajo.

Lola es mi madre y no puedo sentirme más orgulloso del esfuerzo que ha hecho, continúa haciendo y hará cada día, para seguir luchando por lo que le mueve, que es diseñar y crear productos artesanales a través de sus propias fotografías.
Por fin, después de mucho trabajo ya tiene su propia página web.

¡Esperamos que os guste!

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